Testimonio de Faruk Wa’el Alzahrani, un árabe en la Corte de Dániel (primera parte)

Mi nombre es Faruk Wa’el Alzahrani y procedo de una noble familia originaria de Arabia que emigró a Petra hace ocho siglos. Hoy, tras algunos años de ausencia, vuelvo al reino de Carlos.zree donde, por decisión de mi padre, fui enviado para adquirir conocimientos de literatura, filosofía, jurisprudencia, matemáticas, ingeniería y otras artes.

Recuerdo mi primer encuentro con la Carlos.zree teñido de sorpresa e incredulidad. Era todavía el reinado de Gregorio I (Radi Allah Anhu ¡Que Alá esté complacido con él¡) conocido en Jordania como el gran Muftí Kompro-konoro, debido a sus conocidas proezas más allá de las fronteras de su reino así como por su habilidades en concitar apoyos mediante el recurso al zakat u óbolo. La noche que llegué a la Pensión de los Aprendices de Geta, nadie me recibió a mi llegada como correspondía a mi rango; en realidad no había nadie para recibir ya que todos se encontraban, al parecer, festejando una cena en torno al Muftí Kompro-konoro y en homenaje a no sé cuál sabio local. Astaagh-Firullah (¡Que Dios me perdone¡) pero sólo encontré en los rostros de los que rodeaban al Muftí Kompro-konoro, interés, sumisión avara y ansias de poder. Por un momento, al entrar en la sala, temí encontrarme en los dominios de los Hashâshin (los temibles asesinos fumadores de hachís), tan llena estaba la habitación de los humos de los infinitos puros que todos, como clónicos del Muftí Kompro-konoro, fumaban con ojos enrojecidos por la adulación, mientras gritaban al unísono: Yar-Hamuk-Allah (¡Que Alá derrame su misericordia sobre ti¡). Ya entonces pude conocer, entre los ministros del Muftí Kompro-konoro, a quien las crónicas llaman Despuntado y de cuyas artes de supervivencia y disimulo Alá nos proteja (¡Fi-Aman-Allah¡), quien también se sumaba entusiásticamente al coro de alabanzas. Corría el licor que mi religión me prohibe probar pero del que los asistentes hacían consumo enfervorizado al grito, que no comprendí entonces, de ¡Paga el Vicerrectorado de Estudiantes y Residencias¡

Ahora, cuando años después he vuelto al Reino de Carlos.zree con la finalidad de actualizar mis conocimientos, he sufrido también una fuerte impresión con los cambios que he visto. Cuando, con el deseo de tomar un té a la menta, he acudido al establecimiento de Uan-chu, he encontrado que algunos prohombres, hidalgos y aprendices, de la tribu de los Hombres Puros, a quienes creía de origen y lengua española, farfullaban entre sí, mientras tomaban café, la primitiva lengua de los britanos. Mis viajes por el mundo me han permitido acceder al conocimiento de esa lengua bárbara de forma que, lo que oía, más me parecía expresión del dialecto britanogetense, cuya peculiaridad fundamental es que es incomprensible tanto para britanos como para los habitantes de Geta. Se tratará, pensé, de un lenguaje secreto reservado para explicar los secretos de la ciencia. Pero, ¡Bismillah¡ (¡En el nombre de Alá¡), lo que decían eran frases como:  Dis Koffi is bad¡, o Hav dey ped de complements tu yu?, o Jau meni taims Dániel jas got angri tudei?. Fascinante ciencia que recurre a tópicos cotidianos para explicar sus profundidades.

También he entrevisto por el territorio de Geta innumerables britanos y amerindios, ataviados con sus estrafalarios ropajes, que campaban a sus anchas en virtud de unos llamados Sillones Excelsos (Chairs of excellence) sobre los que se aposentaban. Interpelé a uno de dichos personajes, quien dijo llamarse Joseph Cameron Rip-off, procedente de la Phantom University de Pensacola. Como manifesté ciertas reticencias, me confesó, atribulado, que se llamaba José María Martínez Ruiz, que era Prohombre de la tribu de los artistas y que enseñaba en la Universidad de León. Que, interesado en ampliar sus conocimientos en Geta, había tenido que disfrazarse de amerindio para obtener algunas de las magníficas ayudas reservadas a éstos. Por eso, pese a su edad y sus canas, circulaba con zapatillas de deporte, pantalones a cuadros por los tobillos y sudadera anaranjada, se había acostumbrado a asistir a seminarios-comida en los que, a horas inadecuadas para personas de orden, se disertaba a la vez que se engullía repugnantes sándwiches vegetales y había incorporado a su lenguaje expresiones sueltas del britanogetense.

Otras extrañas cosas también he visto, ¡Fi-Aman-Allah¡ Innumerables personas sentadas en los pasillos de los territorios de los Hombres Puros y de los Estocásticos, invocando mantras, mientras se inclinaban hasta tocar el suelo con la frente al paso de la comitiva del rey, quien portaba el supremo manto de cola estocástico adornado con representaciones (no sé si auténticas) de las cabeza reducidas de sus enemigos. Dániel caminaba con la cabeza erguida hasta causarse tortícolis, en abierto contraste con sus ministros cuyas nucas ofrecían el aspecto propio de estar permanentemente dobladas. Igualmente presencié rottweilers negros y agresivos, con caretas de los ministros Despuntado, Walthari, Chorches, Hena de Pravia y Murete, que penetraban en los despachos de los que no habían votado a Dániel en la primera parte de la Justa (sobre todo de jurisconsultos y del territorio de Colmenalejos) obligándolos a firmar votos anticipados que llevaban a los registros acompañados por los fieros cancerberos. De cómo Dániel y sus ministros llegaron a ese conocimiento es algo que nadie sabe. Misterios estocásticos, ¡Fi-Aman-Allah¡ (Que Alá nos proteja).

Ahora escribo estas líneas fuera del territorio de Geta, de donde he sido expulsado por mi condición de árabe, jurisconsulto y artista, con frases que las ministras Walthari y Hena de Pravia gritaban a voz en cuello desde sus despachos, imitando la forma cómo Dániel se dirigía a ellas (una parámetro de la excelencia, según parece, el gritar más alto que el otro): ¡Para árabes ya tenemos bastante con Emilio el Moro¡, ¡Un jurisconsulto más en ningún caso, sobre todo ahora que estamos diseñando una Endlösung der Jurisconsultumfrage en cuanto ganemos la segunda vuelta de la Justa¡ ¡Sólo quedarán los servidores, los tontos útiles, los interesados y los que no se enteran de nada¡ ¡Como artista no nos sirves, porque ya tenemos ocupada la nómina de elogiadores y panegiristas de Dániel¡

Como mi padre espera mis noticias, le he dirigido una misiva, sintetizando mis impresiones al volver al Reino de Carlos.zree.

“Aleikum Assalam”.